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martes, 30 de septiembre de 2008

Pablo Neruda



Walking Around

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
Navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Chistes filosóficos


Primera Ley de la Filosofía: por cada filósofo, existe un filósofo igual y opuesto
Segunda Ley de la Filosofía: ambos están equivocados


Un profesor de filosofía entra en clase para hacer el examen final a sus alumnos. Poniendo la silla encima de la mesa dice a la clase: “usando cualquier cosa aplicable que hayan aprendido durante este curso, demuéstrenme que esta silla no existe”
Todos los alumnos se ponen a la tarea, utilizando sus lápices y gomas de borrar, aventurándose en argumentos para probar que la silla no existe. Pero un alumno, después de escribir rápidamente su respuesta entrega su examen ante el asombro de sus compañeros.
Cuando pasan unos días y entregan las notas finales, ante la estupefacción de todos, el alumno que entregó su examen en 30 segundos obtiene la mejor calificación. Su respuesta fue: “¿Qué silla?”



Un ingeniero, un físico experimental, un físico teórico y un filósofo están paseando en las montañas de Escocia. Cuando llegan a lo alto de la cima, ven en otra cima una oveja negra.
El ingeniero dice: “está visto que las ovejas en Escocia son negras”.
“Mejor sería decir que ‘algunas’ ovejas escocesas son negras”, responde el físico experimental.
El físico teórico piensa un momento y exclama: “es más correcto decir que al menos una de las ovejas escocesas es negra”.
Por fin el filósofo responde: “al menos por uno de sus lados”.



El profesor de filosofía a su auditorio, después de la conferencia: Y si ustedes me han comprendido bien, es que me he explicado mal.



Papá, hoy me dieron la nota máxima en la clase de filosofía. ¡Demostré que el profesor no existe!



Un profesor de filosofía despistado va caminando por el campus cuando un estudiante le para y le hace un par de preguntas. Al acabar,
- Bueno, pues esto era todo, muchas gracias.
- De nada. Hasta mañana.
- Adiós.
Tras una breve pausa, el profesor le grita:
- Eh!! Oye, perdona, me podrías decir hacia donde iba cuando nos encontramos?
- Si, claro, iba en esa dirección. (señalando)
- Ah, entonces ya he comido...

Nasrudin




Las personas se miraron, intrigadas. Nasrudin insistió:

- “Lo que está en este pañuelo tiene un centro que es amarillo como una yema, rodeado de un líquido del color de la clara, que a su vez está contenido dentro de una cáscara que se rompe fácilmente. Es un símbolo de fertilidad y nos recuerda a los pájaros que vuelan hacia sus nidos. Entonces, ¿quién puede decirme lo que está escondido?”

Todos los habitantes pensaban que Nasrudin tenía en sus manos un huevo, pero la respuesta era tan obvia que nadie quiso pasar vergüenza delante de los otros. ¿Y si no fuese un huevo, sino algo muy importante, producto de la fértil imaginación mística de los sufís? Un centro amarillo podía significar algo del sol, el líquido a su alrededor tal vez fuese algún preparado de alquimia. No, no, aquel loco estaba queriendo que alguien hiciera el ridículo.

Nasrudin preguntó dos veces más y nadie se arriesgó a decir algo impropio. Entonces, abrió el pañuelo y mostró a todos el huevo.

- “Todos vosotros sabíais la respuesta”, afirmó, “y nadie osó traducirla en palabras. Así es la vida de aquellos que no tienen el valor de arriesgarse: las soluciones nos son dadas generosamente, pero estas personas siempre buscan explicaciones más complicadas, y terminan no haciendo nada.

Sólo una cosa convierte en imposible un sueño: el miedo a fracasar.

Diogenes el cínico



El cinismo es una forma de vivir, pero también de pensar y de expresarse, y como no se han conservado las obras de los primeros cínicos, hoy son conocidos en gran parte por dichos y anécdotas, que fueron transmitidos en forma de colecciones, la más usada es la de Diógenes Laercio, referencia fundamental para el estudio no sólo de los cínicos, sino de gran parte de la filosofía anterior a su autor. Utilizaron recursos literarios diversos donde no faltan la parodia, la sátira, la anécdota o la burla, pero siempre de forma escandalosa y provocadora.


Cuando Diógenes llegó a Atenas, quiso ser discípulo de Antístenes, pero fue rechazado, ya que éste no admitía discípulos. Ante su insistencia, Antístenes le amenazó con su bastón, pero Diógenes le dijo: “no hay un bastón lo bastante duro para que me aparte de ti, mientras piense que tengas algo que decir”.


Cuando fue puesto a la venta como esclavo, le preguntaron qué era lo que sabía hacer, contestó: “mandar, comprueba si alguien quiere comprar un amo”.


Cuando le invitaron a la lujosa mansión le advirtieron de no escupir en el suelo, acto seguido le escupió al dueño, diciendo que no había encontrado otro sitio más sucio.


Se decía que Diógenes iba por la calle en pleno día, con la lámpara encendida, diciendo "Busco un hombre". Y así se refaría a que en realidad ninguno nos comportamos enteramente como seres humanos.


En otra ocasión le preguntaron por qué la gente daba limosna a los pobres y no a los filósofos, a lo que respondió: porque piensan que pueden llegar a ser pobres, pero nunca a ser filósofos.


Diógenes, el filósofo griego se encontró con Alejandro Magno cuando este se dirigía a la India. Era una mañana de invierno, soplaba el viento y Diógenes descansaba a la orilla del río, sobre la arena, tomando el sol desnudo... Era un hombre hermoso. Alejandro no podría creer la belleza y gracia del hombre que veía. Estaba maravillado y dijo:

“Señor...” - jamás había llamado “señor” a nadie en su vida- “...señor, me ha impresionado inmensamente. Me gustaría hacer algo por usted. ¿Hay algo que pueda hacer?”

Diógenes dijo: “Muévete un poco hacia un lado porque me estás tapando el sol, esto es todo. No necesito nada más.”

Alejandro contestó: “Si tengo una nueva oportunidad de regresar a la tierra, le pediré a Dios que no me convierta en Alejandro de nuevo, sino que me convierta en Diógenes”.

Diógenes rió y dijo: “¿Quién te impide serlo ahora? ¿Adónde vas? Durante meses he visto pasar ejércitos ¿Adónde van, para qué?”.

Dijo Alejandro: “Voy a la India a conquistar el mundo entero”.

“¿Y después qué vas a hacer?”, preguntó Diógenes.

Alejandro dijo: “Después voy a descansar”.

Diógenes se rió de nuevo y dijo: “Estás loco. Yo estoy descansando ahora. No he conquistado el mundo y no veo que necesidad hay de hacerlo. Si al final quieres descansar y relajarte ¿Por qué no lo haces ahora? Y te digo: Si no descansas ahora, nunca lo harás. Morirás. Todo el mundo se muere en medio del camino, en medio del viaje”.

Alejandro se lo agradeció y le dijo que lo recordaría, pero que ahora no podía detenerse. Alejandro cumplió su destino de conquistador, pero no le dio tiempo a descansar antes de morir.

jueves, 3 de enero de 2008

Almas gemelas...



MITO DEL ANDROGINO

Al principio, la raza de los hombres no era como hoy. Era diferente. No había dos sexos, sino tres: hombre, mujer y la unión de los dos. Y esos seres tenían un nombre que expresaba bien su naturaleza y hoy perdió su significado: Andrógino. Además, esa criatura primordial era redonda: sus costillas y sus lados formaban un círculo y ella poseía cuatro manos, cuatro pies y una cabeza con dos caras exactamente iguales, cada una mirando hacia una dirección, apoyada en un cuello redondo. La criatura podía andar erecta, como los seres humanos hacen, para adelante y para atrás. Pero podía también rodar y rodar sobre sus cuatro brazos y cuatro piernas, cubriendo grandes distancias, veloz como un rayo de luz. Eran redondos porque redondos eran sus padres: el hombre era hijo del Sol. La mujer, de la Tierra. Y el par, un hijo de la Luna.


Su fuerza era extraordinaria y su poder, inmenso. Y eso los tornó ambiciosos. Y quisieron desafiar a los dioses. Fueron ellos los que osaron escalar el Olimpo, la montaña donde viven los inmortales. ¿Qué debían hacer los dioses reunidos en el Consejo celeste? ¿Aniquilar a las criaturas? ¿Pero como quedarse sin los sacrificios, los homenajes, la adoración? Por otro lado, tal insolencia era perfectamente intolerable. Entonces...

El Gran Zeus rugió: Dejen que vivan. Tengo un plan para que se vuelvan más humildes y disminuir su orgullo. Voy a cortarlos al medio y hacerlos andar sobre dos piernas. Eso, con certeza, va a disminuir su fuerza, además de tener la ventaja de aumentar su número, lo cual es bueno para nosotros. Y apenas había terminado de hablar, comenzó a partir a las criaturas en dos, como una manzana. Y, a medida que los cortaba, Apolo iba girando sus cabezas, para que pudieran contemplar eternamente su parte amputada. Una lección de humildad. Apolo también curó sus heridas, dio forma a su tronco y moldeó su barriga, juntando la piel que sobraba en el centro, para que ellos recuerden lo que habían sido un día.

Y ahí fue que las criaturas comenzaron a morirse. Morían de hambre y de desesperación. Se abrazaban y se dejaban estar así. Y cuando una de las partes moría, la otra quedaba a la deriva, buscando, buscando...

Zeus tuvo pena de las criaturas. Y tuvo otra idea. Dio vuelta las partes reproductoras de los seres hacia su nuevo frente. Antes, ellos copulaban con la tierra. De ahora en adelante, se reproducirían un hombre con una mujer. En un abrazo. Así la raza no moriría y ellos, los dioses descansarían. Hasta podrían continuar involucrándose en el negocio de la vida. Con el tiempo las criaturas se olvidarían de lo ocurrido y sólo tendrían conciencia de su deseo. Un deseo que jamás estaría enteramente saciado en el acto de amar, porque aún derritiéndose en el otro por un instante, el alma sabría, aunque no pudiera explicarlo, que su ansia jamás sería completamente satisfecha. Y la nostalgia de la unión perfecta renacería, ni bien se extinguieran los últimos gemidos del amor.

lunes, 24 de diciembre de 2007

10 recetas para ser feliz


1. Cuando dudes de actuar, siempre entre "hacer" y "no hacer" escoge hacer. Si te equivocas tendrás al menos la experiencia.

2. Escucha mas a tu intuición que a tu razón. Las palabras forjan la realidad pero no la son.

3. Realiza algún sueño infantil. Por ejemplo: si querías jugar y te hicieron adulto antes de tiempo, ahorra unos 500 euros y ve a jugarlos a un casino hasta que los pierdas. Si ganas, sigue jugando. Si sigues ganando, aunque sean millones, sigue hasta que los pierdas. No se trata de ganar sino de jugar sin finalidad.

4. No hay alivio mas grande que comenzar a ser lo que se es. Desde la infancia nos endilgan destinos ajenos. No estamos en el mundo para realizar los sueños de nuestros padres, sino los propios. Si eres cantante y no abogado como tu padre, abandona la carrera de leyes y graba tu disco.

5. Hoy mismo deja de criticar tu cuerpo. Aceptalo tal cual es sin preocuparte de la mirada ajena. No te aman porque eres bella. Eres bella porque te aman.

6. Una vez por semana, enseña gratis a los otros lo poco o mucho que sabes. Lo que les das, te lo das. Lo que no les das, te lo quitas.

7. Busca todos los días en el diario una noticia positiva. Es difícil encontrarla. Pero, en medio de los acontecimientos nefastos, siempre, de manera casi imperceptible, hay una. Que se descubrió una nueva raza de pájaros; que los cometas transportan vida; que un nene cayo desde un quinto piso sin dañarse; que la hija de un presidente intento suicidarse en el océano y fue salvada por un obrero del cual se enamoro y se casaron; que los jóvenes poetas chilenos bombardearon con 300.000 poemas, desde un helicóptero, a La Moneda, donde fue eliminado allende, etc.

8. Si tus padres abusaron de ti cuando pequeño/a, confrontate calmadamente con ellos, en un lugar neutro que no sea su territorio, desarrollando cuatro aspectos: 'Esto es lo que me hicieron. Esto es lo que yo sentí. Esto es lo que por causa de aquello ahora sufro. Y esta es la reparación que pido'. El perdón sin reparación no sirve.

9. Aunque tengas una familia numerosa, otorgate un territorio personal donde nadie pueda entrar sin tu permiso.

10. Cesa de definirte: concedete todas las posibilidades de ser, cambia de caminos cuantas veces te sea necesario.

Alejandro Jodorowsky

domingo, 23 de diciembre de 2007

Soñando

El gran maestro Taoísta Chuang Tzu soñó una vez que era una mariposa revoloteando aquí y allá. En el sueño no tenía conciencia de su individualidad como persona. Era sólo una mariposa. De pronto, se despertó y se encontró ahí acostado, una persona otra vez. Pero entonces pensó para sí mismo, "¿Era antes un hombre que soñaba ser una mariposa, o soy ahora una mariposa que sueña ser un hombre?"

sábado, 22 de diciembre de 2007

Libros

Había un reconocido filósofo y docente que se dedicó al estudio del Zen durante muchos años. El día que finalmente consiguió la iluminación tomó todos sus libros, los llevó al patio y los quemó.